QUEBEC-Canadá. El Viaje perfecto

De un parque natural a vista de pájaro en Mauricie a los rascacielos de Montreal

Mauricie

Paisajes espectaculares y tradición.

 

Maurice es una sucesión de paisajes increibles con pequeños lagos en los que se reflejan centenares de árboles verdes en todo su esplendor.

El parque nacional La Mauricie brinda algunos de los paisajes más espectaculares de la región, así como toda una gama de actividades al aire libre.

QUEBEC ciudad

Dosis de historia en suelo urbano 

  Los orígenes franceses de Quebec se remontan a 1534, unos 70 años después el cartógrafo y explorador Samuel Champlain atracó en una lugar de la orilla norte del río San Lorenzo que los indios llamaban Quebec, y que significa "allá donde el río se estrecha". No hace falta leer o investigar mucho para aprender la historia de la ciudad de Quebec, ya que, como si fuera un museo, sus calles y edificios hablan por sí solos.

CHARLEVOIX

 Gastronomía y artesanía de proximidad

Los habitantes de  Charlevoix aman la vida, las artesanías, la buena mesa y los productos de proximidad.
Lugar de vacaciones por excelencia, Charlevoix ofrece durante todo el año servicios hoteleros de calidad y una gama extraordinaria de actividades al aire libre y culturales, como el festival internacional del Domaine Forget, dedicado a la música clásica y al jazz

Saguenay-Lac-Saint-Jean

Rutas escénicas de documental y fauna salvaje

 

Esta región debe su nombre al río Saguenay y al gran lago Saint-Jean que el Saguenay une con el río San Lorenzo. El curso del río Saguenay transcurre por un fiordo de paredes rocosas impresionantes, con un increíble poder de fascinación. 

Tanto en verano como en invierno, Saguenay—Lac-Saint-Jean, región conocida como el “Reino de Saguenay” en Quebec, propone un sinfín de actividades: senderismo, rafting, excursiones en bicicleta, quad, motonieve, raqueta, trineo de perros, pesca en el hielo, esquí de fondo y muchas más. 

Montreal 

Una ciudad cosmopolita con una paraíso en cada esquina

En Montreal se entremezclan el pasado y el presente. Y para empaparse de ese pasado lo mejor es perderse por las calles adoquinadas del Viejo Montreal donde aún sobreviven esos edificios del siglo XVII y se ven pasar elegantes carrozas como en las épocas gloriosas. Estar en el Viejo Montreal es como estar en París, con sus fachadas de piedra gris y sus elegantes boutiques, galerías de arte, cafés y bistros repletos de gente hablando quelque chose. Y es que Montreal ha sabido conservar su patrimonio histórico.

El ambiente mágico del Viejo Montreal contrasta con las calles pavimentadas, los edificios modernos y la vida agitada del centro financiero que hacen recordar que Montreal es, ante todo, una metrópolis moderna.